El Capricho (Jiménez de Jamuz)

Dicen los entendidos que en este restaurante leonés sirven la mejor carne de buey del mundo. Y a juzgar por el éxito del local, no parecen muy desencaminados. Y todo ello en un curioso entorno protagonizado por una bodega situada dentro de unas cuevas de lo más hobbitianas. Además de la obligada chuleta de buey, no dejes de probar sus pimientos asados con ventresca y, como guinda, uno de los postres más exquisitos que he probado en mucho tiempo: la torta de buey, helado de galleta con agar de café y espuma de chocolate blanco. Para bajar la comida puedes dar un paseo por este pequeño pueblo y por sus conocidos talleres de cerámica. Un único pero: el buey sólo se puede pedir en piezas enteras que normalmente pesan más de un kilo, por lo que se hace imprescindible compartir. Aún así volveremos.

Abren todos los días de la semana y sólo descansan las noches de los lunes y los miércoles salvo en víspera de festivos. Tienen además tienda para llevar a casa alguno de estos caprichos gastronómicos y entrega a domicilio comprando a través de su página web.